En los años 1980-1984, recuerdo con mucho cariño al R.P. José Mozuelos Sch.P., quien llegó a esta prestigiosa Comunidad Calasancia a retomar las banderas de su antecesor, el R.P. Tomás Sáiz Sch.P., para dar continuidad a los principios y valores institucionales. Recuerdo al Padre como la persona que me recibió con alegría, para que integrara su Proyecto como maestro en la Espiritualidad de la Orden de las Escuelas Pías y como Sembrador en Piedad y Letras.
En los años 1980-1984, recuerdo con mucho cariño al R.P. José Mozuelos Sch.P., quien llego a esta prestigiosa Comunidad Calasancia a retomar las banderas de su antecesor, el R.P. Tomás Sáiz Sch.P., para dar continuidad a los principios y valores institucionales. Recuerdo al Padre como la persona que me recibió con alegría, para que integrara su Proyecto como maestro en la Espiritualidad de la Orden de las Escuelas Pías y como Sembrador en Piedad y Letras.
Fueron años donde aprendí que con su presencia como padre consejero, siempre quería estar presente buscando que todos los maestros jóvenes fuéramos comprometidos y responsables en nuestra labor educativa.
Su personalidad rígida, ejemplar y de un orden impecable, nos condujo a responder con honestidad, puntualidad y compromiso con nuestro quehacer como maestros calasancios.
Como maestro y representante de Dios en la tierra, insistió en la Pedagogía Personalizada Activa y en la preparación de sus clases de Física y Matemáticas. Trabajo que realizaba con mucha entrega, para que los alumnos calasancios salieran bien preparados a fin de lograr una mejor calidad de vida.
Este proceso histórico que he tenido en el colegio ha servido como remembranza, para resaltar su amistad y sinceridad, cuando el padre José compartía momentos de esparcimiento los domingos con su deporte favorito como era el fútbol y en compañía de mis compañeros: EdmundoEstupiñán, Álvaro Cuesta, Virgilio Urdaneta, Fernando Pérez, Alirio Cano, Ignacio Barreto, Javier Ramírez y Simeón Velásquez, entre otros.
Siento una tristeza en el alma por la desaparición de un padre para mí, de un gran amigo y con mucha nostalgia quiero despedirle con unas palabras de Antonio Machado que dicen: «La muerte es algo que no debemos temer, porque mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos».
Paz en su tumba y que Dios le bendiga
Mario de Jesús Picón de la Rosa