Con la ceremonia de imposición de la ceniza a los estudiantes, maestros y trabajadores del colegio empezó la Cuaresma del año 2009; en una ceremonia presidida por los Padres Escolapios, todos los presentes fueron invitados a vivir la Cuaresma de acuerdo al querer del Señor, con limosna, oración y ayuno.
Con la ceremonia de imposición de la ceniza a los estudiantes, maestros y trabajadores del colegio empezó la Cuaresma del año 2009; en una ceremonia presidida por los Padres Escolapios, todos los presentes fueron invitados a vivir la Cuaresma de acuerdo al querer del Señor, con limosna, oración y ayuno.
La Limosna: No como el que da lo que le sobra para tranquilizar su conciencia, sino el que da de lo que tiene para enriquecer a los otros. Porque él mismo lo ha recibido. Dar dinero, tiempo, cariño, escucha, perdón, una palabra de alabanza, un gesto de agradecimiento, donar sangre… dar algo que ayude a construir un mundo nuevo… en lo concreto. Tener el talante de Jesús de dar la vida.
La Oración: No como rutina ni como obligación, sino como encuentro sincero con Dios Padre en lo profundo del corazón, desde la Vida, como Jesús. La cuaresma puede ser un buen tiempo para tener un rato diario de silencio con Dios, para leer su Palabra y dejar que thable en el corazón, para recuperar la Eucaristía del domingo.
El Ayuno: No como práctica masoquista, sino como un privarse de algo para enriquecer a otros. Ayunar de alguna comida y donar lo que costaría a algún proyecto -a la vez que se experimenta en algo la carencia-; ayunar de consumir por encima de las propias necesidades y pensar en los que tienen menos; ayunar de tele-basura y emplear ese tiempo en algo más constructivo (leer algún libro provechoso, conversar con alguien, hacer deporte…); ayunar de algún tiempo libre y pensar en colaborar en algún voluntariado, en un lugar donde puedas ser útil.