El Colegio celebró el día de sus trabajadores con una ceremonia en la que se hizo entrega de mercados a cada uno de ellos. Cerca del mediodía los alumnos les ofreciero un almuerzo que estuvo amenizado por un conjunto vallenato que los puso a bailar y a disfrutar en medio de un gran ambiente de camaradería.
Diariamente los hombres y mujeres de la sección de Servicios Generales del Colegio ofrecen su energía y su trabajo para ofrecer un ambiente limpio y funcional a los demás miembros de la Comunidad Educativa; en agradecimiento a esta labor cotidiana, los alumnos de los comités sociales, el Personero de Bachillerato y el Área de Sociales, organizaron una actividad que ocupó todo el día de hoy.
A primera hora de la mañana, toda la sección de Bachillerato junto con los representantes del Comité Social de la sección de Primaria se congregó en el Coliseo para hacer entrega de sendos mercados a los trabajadores de la sección de Servicios Generales, previas intervenciones del estudiante Sebastian Senior y del Padre Rector Manuel Latorre Sch. P.
Luego, como una manera de sentirse en los zapatos del otro, un grupo numeroso de estudiantes remplazó a los trabajadores en las labores que diariamente realizan; así, unos recogían las bolsas botadas en la cancha de fútbol, otros rastrillaban las hojas caídas de los árboles que iban a dar en los canales de agua, algunas estudiantes barrían el coliseo y el parquecito que se encuentra frente a él mientras unos más servían como porteros a la entrada del Colegio y ayudaban en la salida de los estudiantes de primaria al mediodía.
Finalmente, a esta hora, se reunieron todos los trabajadores -que habían estado disfrutando de un día de descanso mientras los estudiantes se dedicaban a remplazarlos- en el salón de audiovisuales de primaria para compartir un almuerzo organizado por los personeros y disfrutar de un conjunto vallenato que al ritmo del folclor de la costa caribe cerró con broche de oro una jornada de alegría para ellos y de reflexión para los estudiantes.
PALABRAS DEL ESTUDIANTE SEBASTIÁN SENIOR SERRANO, DEL GRADO UNDÉCIMO, CON MOTIVO DE LA CELEBRACIÓN DEL DÍA DEL TRABAJADOR
El Primero de mayo del año 1886, fue el día en que los afligidos obreros de la ciudad estadounidense de Chicago salieron a Huelga y fueron suprimidos violentamente, fueron ajusticiados. Hoy, a esos hombres se les recuerda cada primero de mayo por haber tenido el valor de salir a la calle a defender sus derechos y su dignidad y la de todos los trabajadores de la época.
Es necesario recordar hoy a todos la importancia del trabajo, la dignidad y respeto que se debe a cada uno de los trabajadores que con su entrega y amor a lo que hacen, permiten el crecimiento y desarrollo de un hogar, una institución o una gran nación.
Ustedes, Nancy, Alicia, Felisa, Ana, Nally, Fernando, Toto, Don Luís, Orlando, Alejandro, Alirio, Gilberto, Rolando, Gustavo, Rodrigo, Manuel, Alberto, Cabarico, Gafaro, Arcadio, Maria y Flor, saben lo que significa trabajar con esfuerzo para satisfacer las necesidades de sus familias; porque el trabajo realizado con amor, es el fundamento sobre el que se forma la vida de la familia. El trabajo es también un servicio a los demás, a la ciudad en que viven, a la nación entera; porque nuestra nación es una muestra del trabajo de todas las generaciones anteriores a ustedes y de ustedes mismos.
Estén entonces siempre orgullosos de lo que hacen a diario.
Hemos sido mal influenciados por una sociedad capitalista, en la que a las personas trabajadoras se les ve solo como un objeto de producción y solo se aprecian los valores del tener, el poder y el placer como si estos fueran los sinónimos de la felicidad humana, olvidando así los verdaderos valores importantes para nuestras vidas, los que vienen del corazón, como el respeto y la tolerancia.
Más que nada se nos ha olvidado agradecer por todo lo que ustedes nos entregan a diario, una sonrisa al entrar al colegio, un buenos días con mucha amabilidad, un salón limpio en el cual estudiar, pupitres y sillas buenas, una cancha arreglada y lugares cómodos de recreación. A veces somos insensibles, pedimos disculpas por esas ocasiones.
Ustedes como trabajadores tienen la oportunidad a través de sus experiencias diarias de perfeccionarse a sí mismos. Aprender mucho, cultivar sus facultades y superarse a ustedes mismos. Han sido de gran importancia para el desarrollo de esta institución y de todos los alumnos que estudiamos en ella, de nuevo gracias por el granito de arena que aportan a nuestras vidas.
Quiero concluir recordando a todos mis compañeros que la solidaridad es un deber universal para con todos los hombres, y que debemos darnos cuenta de que es necesario preocuparnos por las personas que nos rodean y más por las que trabajan por nosotros. Debemos ser más considerados, cooperar por el bien común y la paz, reconocer que los valores más importantes son los que salen del corazón y no los que nos enseña esta sociedad bastante corrupta, y recordar siempre que debemos ser buenos con el prójimo.
Alumnos Calasancios: hoy los invito a transformar su corazón, a reconocer en cada uno de los trabajadores de esta institución a San José de Calasanz, a ese ser generoso que lo dio todo por los demás y que hoy se manifiesta en cada uno de nuestros trabajadores, a travez de esa labor silenciosa y callada pero grande y fundamental para todos nosotros.
Una vez más, muchas gracias trabajadores calasancios por hacer de su labor un ejemplo para nuestras vidas, ¡gracias!, ¡muchas gracias!
PALABRAS DEL PADRE RECTOR MANUEL LATORRE FERRECHO Sch. P., CON MOTIVO DE LA CELEBRACIÓN DEL DÍA DEL TRABAJADOR
Apreciados Orlando, Alberto, Rigoberto, Juan, Luis Ramón, Alirio, Alejandro, Edmundo, Ana, Luis Alejandro, Gilberto, Alicia, Rolando, Arcadio, Felisa, Nally, Rodrigo, Luis Felipe, Edwin, Rolando, Nancy, Manuel, Estudiantes, Maestros
Vida y trabajo son hoy dos realidades cada vez más contrapuestas. Con mucha frecuencia el trabajo parece devorar el tiempo que disponemos, dejándonos cada vez menos tiempo para la vida, para nuestra vida privada. Quien de Ustedes no conoce la tensión entre trabajo y vida. Por ello es necesario un ámbito donde sencillamente podamos vivir y sentirnos vivos. Y esta vida puede y debería trasmitirse también al trabajo, pero sinos sentimos vivos sólo después del trabajo y no mientras trabajamos, hay algo que funciona al revés.
Entonces surge la pregunta ¿cómo se puede llegar a una tensión de equilibrio ?
Hay una respuesta que ayuda mucho, que vivamos una espiritualidad, sin que permanezca en la sombra, hay muchos miedos hoy en día a ello, se nos puede tildar de beatos, antiguos, desfasados, etc. pero la espiritualidad es una fuente de la que puedo beber para realizarlo mejor y más fácilmente, es fuente de energía para mi actividad cotidiana, por ello cuando me encuentro agobiado, fatigado, el camino espiritual me ayuda a entrar en contacto con la fuente refrescante del espíritu de Dios Padre que brota dentro de mí fortaleciéndome.
Ahora bien, quiero que aparte de invitar a un centro, miremos con algún detenimiento, el valor del trabajo que celebramos y tenemos hoy como centro y las acciones desde las cuales estamos comprometidos a vivir; los valores.
Los valores dignifican la vida de cada ser humano, y la palabra «valor» proviene del latín valere que significa «ser fuerte, estar sano» así las cosas los valores son fuentes de fuerza para mi vida, son los presupuestos para que podamos vivir sanamente de acuerdo con mi existencia; los valores como la justicia, la libertad, la verdad, la dignidad, la solidaridad, el respeto, la fidelidad y la calidad de vida nos pueden proporcionar una orientación, a como hoy estamos viviendo estos valores para con nosotros mismos, pero de manera especial con quienes hoy están recibiendo este homenaje, este reconocimiento y que tienen cada uno un nombre, una vida, unas manos, una sonrisa, un esfuerzo, son estos seres humanos que queman día a día su vida en servicio a nuestras vidas, son quienes constantemente hacen posible la habitabilidad de esta Comunidad Educativa, son quienes con su gran esfuerzo mantienen jornadas duras y agotadoras para nuestra comodidad, y el desarrollo de prácticamente cada una de nuestras actividades académicas como lúdicas. ¿ pregunto, dónde están entonces nuestras respuestas de solidaridad y respeto a su labor a su trabajo ? ¿ cómo es nuestro trato con ellos ? ¿ de dignidad y respeto ? O les consideramos como a quien se les paga simplemente para que limpien, arreglen y recojan ? ¿Y es su obligación hacerlo sin comprender y vivir un valor de solidaridad y justicia por su labor?
Evidentemente que la respuesta es NO, porque no podemos ir ni vivir en contra de los valores del Evangelio y de Calasanz, quedaríamos absolutamente limitados y desequilibrados en uno de los valores claves de nuestras dos fuentes vitales Jesús desde su Evangelio y José de Calasanz desde las Escuelas Pías, recordemos queridos Estudiantes de manera muy especial, de que fuentes están Ustedes bebiendo, por tanto hoy tenemos que ser consecuentes con ello, con estos nuestros respetados y valiosos trabajadores, estos hombres y mujeres que entregan su vida, para nuestro bienestar y de esta forma hacer posible que todo esta realidad de Calasanz-Cúcuta sea posible.
Hoy algunos de Ustedes, de nuestros Estudiantes más mayores, remplazarán los puestos de estos seres humanos, soportes de nuestra Comunidad Educativa; experimentarán el calor, la fatiga, lo ingrato de la limpieza, de recoger día a día, hora a hora, miles de papeles y vasos desechables altamente contaminantes de nuestro hogar, la tierra; experimentarán el maltrato y la impertinencia, como impaciencia de algunas personas que toquen la puerta de nuestro Colegio, la indiferencia de quien solamente patea una y mil veces una lata o embase sin tomar consciencia de todo lo que ello implica bajo todo punto de vista, en su formación y educación como calasancios.
Sí queridos estudiantes, hoy es un día de celebración para estos colaboradores, es un día de fiesta, de un gracias enorme por su aporte, pero también de tomar una actitud de vida comprometida, de colaboración y solidaridad por generar un Colegio, limpio, sin desperdicios, sin desgastes de fuentes vitales como el agua, libre de grafitis grotescos, de baños pateados, de salones desordenados, de falta de cuidado, de un derroche de energía desmedido; en fin de todo aquello que cuidamos en nuestras casas particulares, pero que no valoramos en nuestro Colegio, ni ciudad.
Miremos con seriedad nuestro compromiso, nuestro valor de justicia y crezcamos; esto es nuevamente un llamado cariñoso, una invitación a un estilo de vida, a vivir en valores concretos, a ser mejores seres humanos cada día, a marcar nuestro mundo con una huella mejor, a ser más humano el trabajo sencillo pero importantísimo de estos seres humanos de manos callosas y rostros quemados.
Finalmente ¡Gracias! a cada uno de Ustedes Señores y Señoras trabajadores por su trabajo, reciban nuestro agradecimiento y compromiso serio por vivir de hoy en adelante, valores que hagan más digno su trabajo de cada día, y nuestro crecimiento personal, como colaboración en la construcción de un mundo mejor al estilo de Jesús y nuestro Santo Padre.
¡Felicidades! Disfruten de este homenaje que se les ha preparado con mucho cariño de parte de nuestros Estudiantes.
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