El 31 de enero de 1622 la Iglesia aprobó las Constituciones de la Orden de las Escuelas Pías, y con ello, reconoció una nueva vocación en la Iglesia, un nuevo don que Dios le regalaba a la Iglesia por medio de San José de Calasanz: educar en ‘Piedad y Letras’ por puro amor a Dios.
El 31 de enero de 1622 la Iglesia aprobó las Constituciones de la Orden de las Escuelas Pías, y con ello, reconoció una nueva vocación en la Iglesia, un nuevo don que Dios le regalaba a la Iglesia por medio de San José de Calasanz: educar en «Piedad y Letras» por puro amor a Dios.
Hoy queremos agradecer por esta hermosa vocación, por todos aquellos que hoy nos identificamos con el carisma y la labor de Calasanz. Queremos agradecer a todos los que hacen posible que este don siga salvando las vidas de niños y jóvenes. Especialmente agradecemos por la vocación religiosa escolapia, por todos los escolapios del mundo.
Para todos aquellos que hoy hacen parte de la familia de San José de Calasanz, es decir, para todos los que han encontrado su lugar en el mundo junto al sueño y las escuelas de Calasanz: ¡Feliz día! Feliz día queridos maestros, queridos estudiantes, querido personal administrativos y de servicios generales. Feliz día a todos.
Los estudiantes celebran el día de acción de gracias por nuestra vocación
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