Tres estudiantes de grado noveno nos comparten sus experencias en los retiros espirituales «Para despertar a la vida».
Durante la pandemia se afectaron las actividades pastorales en el colegio; por eso el regreso a la presencialidad le ha ofrecido al el Departamento de Pastoral la posibilidad de retomar las experiencias que contribuyen al crecimiento espiritual de los estudiantes. Una de ellas es la de los retiros espirituales para estudiantes de noveno grado, que tuvieron una acogida entusiasta por parte de ellos.
Llamados «Para despertar a la vida», se desarrollaron en la casa de retiros Nazareth de la ciudad de Pamplona bajo la dirección de los maestros de Pastoral Nora Eugenia Velásquez Arroyave, Emiro Antonio Riobó Galvis y Martha Lucía Ramírez Díaz acompañados por los padres escolapios Juan Jaime Escobar Valencia Sch. P. y Juan Carlos Echeverri López Sch. P.
Les pedimos a tres estudiantes de grado noveno para que compartieran sus experiencias con ustedes.
Esperamos que, como nosotros, se alegren también por el gran provecho que los muchachos y muchachas obtienen al vivir estas experiencias.
Juliana Rivas Riobó, del curso 9A:
Si vives bien los retiros podrás tener claro, así sea solo un poco, ese camino por donde empezar a sanar. Para mí una de las cosas más lindas e importantes de estos retiros, fue el darme cuenta de que es mejor curar, remendar, dejar atrás, conocer, experimentar, vivir y perdonar. En retiros pude encontrar un lugar que necesitaba encontrar. Un lugar donde pudiera conectarme conmigo, donde fuéramos yo y mis pensamientos plasmados en un papel, más importante aún, un lugar donde además pudiera compartirlos a otras personas. Qué hermosa y diversa situación el compartir; siento que me hizo más humana al darme cuenta de todas las cosas aún que cuesta asimilar.
Brigitte Sánchez, del curso 9B:
Durante esas largas horas, pudimos lograr tres grandes cosas:
Conocer más a nuestro amigo: este ejercicio nos permitió volvernos un poco más empáticos al darnos cuenta de la realidad del otro.
Reconocer lo que nos sucedía: al escuchar al otro, y observar lo difícil que ha sido para esa persona, de cierta manera nos identificábamos y esto nos brindaba un análisis de nosotros mismos con respecto a la situación relatada.
Y por último, pero no menos importante, identificar con nombre propio nuestras mascaras: algo muy difícil a la hora de enfrentarlas a medida que desnudamos nuestro frágil, pero guerrero corazón.
María Salomé Escalante, del curso 9C:
En lo personal me gustaron mucho los retiros ya que la casa es un lugar bastante cómodo para pensar y reflexionar. Además, me permitió tener un espacio en el que verdaderamente pude reencontrarme con aspectos o situaciones de mi vida que había olvidado y me hizo valorar muchísimo más lo que he vivido con mi Familia, la gente que me rodea y lo que me queda por vivir. A mi regreso abracé muchisisisisísimo a mis papás y a mi hermano con una alegría inmensa. Aprendí que cuando algo pasa puedo recordar las enseñanzas de los retiros y puedo encontrar más fácilmente una solución a cada situación y esforzarme cada día para ser un mejor ser humano.